Baudelaire escribe lo que ve

Por Luciano Ducatelli | Psicoanalista. Miembro de Colegio Estudios Analíticos | Una pequeña cuestión literaria para pensar la melancolía* | Desórdenes sensuales, blasfemias y borracheras; un satanismo trasnochado, una galería de monstruos; un decorado macabro de tumbas, brujas, víboras y esqueletos. “Hay, pues, una caricatura afrentosa de una obra de arte impar, un desmerecimiento involuntario en los más, que la ignoran, de una de las operaciones de química y espiritual más asombrosa que haya producido el riquísimo arte de Occidente”. Eso dice, más o menos así, Nydia Lamarque, traductora argentina de Baudelaire quien afirma, en su tarea, haber frecuentado ese mundo subterráneo en el que las escenas y los personajes que miramos diariamente en la clave de la vida cotidiana se hallan mágicamente trasportados a la clave del sueño. Desde esa maniobra del poeta, cercana a la legalidad del trabajo onírico que Freud supo descubrir, podríamos afirmar que Baudelaire escribe...