Comentario del texto "Huelga de Hambre" de Mirtha Benítez: Una articulación con "El festín de la condesa Kotlubaj" de W. Gombrowicz

Por Sebastián A. Bartel
Practicante del Psicoanálisis. Miembro de Colegio Estudios Analíticos






El festín de la condesa Kotlubaj es una novela corta escrita por Witold Gombrowicz en 1928. Narra la historia de un joven burgués, que “aunque se comporta con cierto aire de dignidad” no deja de ser un hombre mediocre con la suerte de codearse con “una aristócrata de pura raza”. Tal es así que recibe una invitación para participar del almuerzo vegetariano de los viernes que organiza la condesa Kotlubaj, oportunidad para formar parte del “cogollito íntimo” y disfrutar de un almuerzo particular, pues la carne no podía formar parte del menú. En palabras de la condesa:

"y que no exista siquiera la sombra de un pensamiento sobre esa maldita carne -aquí un estremecimiento de rechazo -, de esa eterna carne y esa sangre a la que sois adicto. ¡Sois demasiado carnívoros! ¡Oléis demasiado a carne! No sabéis ser felices si no es frente a un bistec sanguinolento, rechazáis la abstinencia. No hacéis sino engullir horripilantes trozos de carroña de la mañana a la noche (…) Quiero demostrarle al mundo que el ayuno no es una penitencia, sino que puede convertirse en un goce de espíritu." [La cursiva es mía] (Gombrowicz, 1928, p. 68)

El estilo del escritor polaco se hace presente. La lectura – diría que ya desde un comienzo - sugiere que la fantasía del protagonista de tener la oportunidad de formar parte de un grupo reducido de la alta sociedad se ve opacada por el espectáculo de ciertos comportamientos difíciles de anticipar. Es que el encuentro con los otros carece de su justa medida.

En tono irónico y burlesco, la obra recorre algunas marcas que dan cuenta de las dificultades que surgen cuando lo pulsional se hace presente. El joven burgués se hace de algunos recursos que aparentan estar en sintonía, pero la exhibición sobre la mesa lo deja estupefaciente frente al horror que le generan los comensales devorando el menú principal: coliflor.

“Me espantó y me dejó estupefacto ver a la condesa, nuestra anfitriona, la custodia de nuestras virtudes, engullir su plato en silencio y con una glotonería atroz” (ídem, p. 75)

La trama de la historia comienza a ennegrecer un relato siniestro, que bajo el velo del ayuno vegetariano entreteje las más oscuras intensiones de quienes asisten a la reunión: el canibalismo.

- En efecto, no somos terroríficos – añadió el barón con aire de superioridad -, aunque nuestra grosería parezca menos aceptable que nuestra elegancia.
- No, tiene razón, no somos terribles – graznó la condesa - ¡Aún no hemos cometido el delito de antropofagia!
- Exactamente, todavía no somos caníbales, no nos hemos comido a nadie, con excepción de…
- Con excepción de…
- Fi donc, ja ja ja -soltaron una gran carcajada, lanzando por el aire los cojines recamados, mientras la condesa declamaba:
- Sí, sí. (ídem, p. 79)

La historia transcurre entre excesos que derivan en la muerte de un muchacho de 8 años llamado Bolek Coliflor: “parecía haber sido completamente devorado”. Exceso que pone en juego la pulsión oral, pero también la pulsión escópica, en tanto está presente el espanto de ver.

Queda abierta una pregunta. Pulsión e instinto no van de la mano. Entonces entra en juego un más, un menos… un menos en exceso. Una nada misma.

En la revista ABC La cultura del psicoanálisis nº5 Exceso – variaciones sobre el síntoma, Mirtha Benítez publica un escrito titulado Huelga de hambre, donde encontramos un recorrido sobre la anorexia desde el discurso del psicoanálisis y algunos puntos de cruce con otros discursos - la religión, la literatura, la psiquiatría y la historia - que permiten organizar el abordaje de una de las presentaciones del exceso contemporáneo. Mirtha Benítez dice: “Problemática que incluye la constitución de lo especular y, por lo tanto, del narcisismo y el cuerpo” Luego agrega:

"La anorexia pone en juego un rechazo decidido del consumo. A veces se convierte en una privación extrema (…) La pulsión de muerte, en estos casos, parece no encontrar el límite en el deseo del Otro. Podemos pensar: ¿masoquismo, melancolía, tiranía del superyó? La anorexia – tal como lo dice Lacan – desalienta el deseo de saber. No quiere saber sobre la castración (…) es el cuerpo que se consume a sí mismo, el cuerpo como desecho. Versión de la anorexia que entra en un callejón sin salida respecto de la ecuación falo-cuerpo. Sin embargo, son prácticas de goce en las que el cuerpo cobra una notable relevancia." (Benítez, 2021 p. 95)

El escrito va circunscribiendo distintos lineamientos en los que está presente lo imposible de dominar, los desenfrenos provenientes del cuerpo que dan cuenta de lo indomeñable de la pulsión. Por ejemplo, en Desnudez de Giorgio Agamben se menciona al “hambre de buey” (en griego boulimos, bulimia), como una forma de nombrar la voracidad ilimitada rechazada en las fiestas religiosas. “Otra vez se lee la necesidad de regular un exceso asociado a una bestialidad indomable” (Benítez, 2021 p. 96). 

Otra referencia son los místicos y las prácticas que intentan mitigar la pérdida de control para no caer en determinados excesos, como así también la novela Días sin hambre de la escritora Delphine de Vigan y el relato de una joven de 19 que habla de un cuerpo al borde de la muerte.

Por otro lado, las referencias al psicoanálisis van desde Freud y los casos publicados en Estudios sobre la histeria, el Manuscrito G, los síntomas infantiles de anorexia en El hombre de los lobos como así también un caso de 1893 donde el síntoma de la anorexia es nominado de voluntad contraria. Continúa con Lacan y “el hombre de los sesos frescos”:

"la anorexia no se trata de no comer, sino de que come nada, afirma Lacan. Nada positivizada y operativa que invierte ese dominio que el Otro ejerce sobre el niño con su demanda." (Benítez, 2021 p. 98)
Aborda trabajos contemporáneos como los de Doménico Cosenza y Juan Pablo Lucchelli para concluir con el relato de un ejemplo tomado de la clínica. Los invito a remitirse al texto. 

Lo que me interesa relevar es la diversidad de testimonios que recupera de los diferentes discursos para considerar las dificultades que atraviesa el hombre en el intento de regular, equilibrar, encontrar una medida a lo pulsional.

Pensemos en lo que sucede en el niño al momento de satisfacer sus necesidades en términos biológicos. Comer, dormir, abrigarse, etc. Esas necesidades pasan por el desfiladero significante para ser satisfechas y a partir de allí la demanda deja una huella, una marca sobre la necesidad. Lacan dice:

"En efecto, ¿qué dijo Freud? ¿Qué hacemos todos los días en calidad de psicoanalistas? Ponemos en evidencia que, en el nivel del acto de la palabra, el código no está dado por la demanda primitiva, sino por cierta relación del sujeto con esa demanda, en la medida en que ese sujeto quedó marcado por los avatares de esa demanda. Es lo que denominamos las formas orales, anales, y demás, de la articulación inconsciente." (Lacan, 1958, p. 45)

El encuentro con el Otro define una forma singular en que ese primer llamado es respondido, respuesta siempre errada que inaugura una discordancia fundamental que anula cualquier posibilidad de fijeza instintual. En este sentido retomo una cita comentada por Laura Bosco mencionada durante la clase a su cargo en el curso de verano 2022 Lacan y la psicología de Colegio Estudios Analíticos:

"La constancia del empuje impide cualquier asimilación de la pulsión a una función biológica, la cual siempre tiene un ritmo. Lo primero que dice Freud de la pulsión, valga la expresión, es que no tiene ni día ni noche, ni primavera ni otoño, ni alza ni baja. Es una fuerza constante. No estaría de más que la gente tomase en cuenta los textos y la experiencia." (Lacan, 1964, p. 172) 

Ya no se trata, entonces, de comer para satisfacer una necesidad.

"¡Era un baile de caníbales! ¡Un baile de caníbales! Con elegancia, con buen gusto y con finura…" (Gombrowicz, 1928, p.88)





Bibliografía:
Benítez, M (2021): Huelga de hambre. En ABC La cultura del Psicoanálisis. Revista Nº5 Exceso. Variaciones sobre el síntoma. Ediciones RSI. Buenos Aires. 2021
Gombrowicz, W. (1928): El festín de la condesa Kotlubaj. En Bacacay cuentos completos. El cuenco de plata. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 2015
Lacan, J (1958). Seminario 6: el deseo y su interpretación. Paidós. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 2014
Lacan, J (1964). Seminario 11: los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Paidós. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 2016

 

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