La represión viene del futuro (Reseña)
Por Mirtha Benítez
Psicoanalista miembro de Colegio Estudios Analíticos
Se puede afirmar que el concepto de tiempo vertebra este artículo, es el tema, lo atraviesa.
En la introducción pone en solidaridad la frase de Lacan: “La represión viene del futuro” con la de Freud: “El deseo es un destino que se cumple”.
Convocado Germán García a decir algo sobre el concepto de estructura, opuesto al de desarrollo, se refiere al texto de Miller S’ truc dure[3].
Subraya lo relativo a la importancia que tuvo para Lacan diferenciarse del estructuralismo clásico y hace hincapié en las múltiples consecuencias que tuvo para el psicoanálisis la frase: “(...) en la lengua no hay más que diferencias (...)” (García, 2019, p.87)
Retoma de esa manera el encuentro entre los postulados de R. Jakobson, con los de C. Levi Strauss, sus entrecruzamientos y la incidencia que este cruce tuvo en la enseñanza de Lacan.
En los párrafos que siguen al subtítulo: Infancia, pone en tensión el denominado y no siempre entendido: “super yo temprano”, con lo que Eric Laurent denominaba “proliferación imaginaria de lo infantil” y que ha servido de estímulo para el estudio serio de los postulados de la Sra. Melanie Klein.
Germán García toma posición por la retroacción generalizada que Lacan formuló. Ella –la retroacción generalizada- inutilizó y sacó de escena a la oposición estructura-desarrollo.
Tomando en cuenta los a prioris kantianos de tiempo y espacio, los aplica a lo que Freud plantea sobre la diferencia entre los sueños de niños y de adultos. Descubre que tal diferencia sólo tiene valor argumentativo y recuerda que en más de veinte sueños de niños y púberes -relatados por Freud- en La interpretación de los sueños se puede encontrar un factor común: “tienen siempre un resto que los separa de la necesidad, un resto que muestra la entrada del sujeto en la exterioridad del significante” (García, 2019 p. 88). Los sueños infantiles pueden ser soñados por adultos decía Freud.
Germán García significa la infancia como rechazo al deseante que es el Otro y proponerse entonces como satisfactorio para un deseo que sería del Otro: “Dicho de otra manera: mientras el deseo actual habla la lengua de los padres, el vacío del deseo inconsciente propone el enigma de un resto” (García, 2019, p. 88)
Niños/Niñas así subtituló la segunda escansión del texto.
Freud hace una diferencia entre el deseo de desaparición del padre por parte del niño y que la niña desea lo mismo sobre la madre. ¿Cómo se traduce en los sueños?
Freud quiere diferenciar sueños de niños de los sueños de adultos, acentuando la realización más directa, menos enigmática del deseo, en los sueños de niños. Sin embargo, el mismo Freud más tarde discute su propia idea aseverando que, hay niños que pueden soñar menos transparente, disfrazando el material onírico y que hay adultos cuyos sueños son sencillos y de carácter infantil.
Germán García hace entrar una vez más la dimensión temporal: un sueño complicado puede ser pretérito y un sueño sencillo puede ser actual.
La represión viene del futuro transforma, convierte, subvierte en pretérito algo de lo actual.
Citando varios de los ejemplos freudianos de sueños infantiles y el deseo inconsciente presente en ellos, nos conduce inexorablemente al texto freudiano con una torsión que cobra vida, invitándonos a hacer ese recorrido y concluyendo que el niño reprime un saber sobre la muerte del padre y la niña está pendiente del amor.
Tiempos
Este tercer subtítulo anticipa y concluye el texto:
“Instante de mirar: Infancia. Tiempo de comprender: masculino. Momento de concluir: niño/niña”. Y se pregunta: “¿esa “a” del género declina en el silencio de un goce que el deseo masculino ignora?” (García, 2019, p. 89). La estructura se modaliza en la clínica.
Nuevamente nos introduce en los interrogantes que perforan la práctica del análisis. Otra vez, la invitación a precisar problemas clínicos que nos atañen.
Cita a Miller en Matemas II, “Lacan clínico”[4]. En ese texto Miller asevera lo mucho que se puede aprender con el psicoanálisis sobre el hombre y su deseo, de lo que es posible aprender de los problemas que se les plantean a los hablantes en su existencia, según la relación que establezcan con su deseo. De acuerdo a ello, será: neurótico obsesivo, histérico, perverso, paranoico, esquizofrénico o estará aquejado de fenómenos elementales o podrá hacerse un desecho del discurso o negarse a entrar en él, como los llamados autistas.
Retoma G. García la incidencia del superyó en los seres parlantes. Lo cito:
Esta reseña fue escrita en el contexto de la investigación “La cultura del psicoanálisis”, dictada por María del Rosario Ramírez en el año 2019.