Lo escrito en cuestión: Homenaje a Oscar Masotta versión Facsimilar

Por Cecilia Preneste
Psicoanalista miembro de Colegio Estudios Analíticos



| ¿qué es un psicoanalista para Freud y Breuer en tiempos de Freud y Breuer, para los clásicos en tiempo de los clásicos, qué en los años 50, o qué para nuestro tiempo, los tiempos de Lacan?”
Masotta, 1979


| En el mes de Julio del año 2020 y en un contexto de pandemia se realizaron algunas lecturas de la reciente Versión facsimilar - Homenaje a Oscar Masotta. Según Gabriel Levy, es uno de los documentos que testimonia de los antecedentes, fundación y escisión de la escuela propuesta por Masotta en 1974. Se trataba de la entrada de la enseñanza de Jacques Lacan en Argentina, iniciada por Masotta, unos años antes. Esta edición facsimilar corresponde a la reedición de la compilación impulsada por Germán García, entre otros, en octubre de 1979 y que fue publicada bajo el título Renovación del pacto. Homenaje a Oscar Masotta.
María del Rosario Ramírez sostiene que conocer esa historia es una necesidad para algunos, entre los que se incluye y me incluyo. Afirma que, quienes no han querido borrar la historia del psicoanálisis – se refiere a la del psicoanálisis lacaniano en Argentina, a partir de Oscar Masotta – también han sostenido el estudio de esa historia: sus inicio, crisis y escisiones. La decisión de parte de Germán García de realizar dicha compilación, da entrada a la importancia política que tiene conocer la trama, los contextos en los cuales se le dio recepción al psicoanálisis en Argentina. Las lecturas que se hicieron de esas historias desembocaron en las múltiples articulaciones y sus malentendidos. “Puedo decir que el sesgo de la historia del psicoanálisis es un tejido fundamental que permite leer en esa trama diferentes planos y, en retrospectiva, donde estamos.” (Ramírez, 2020, p.9)
La decisión por parte de María del Rosario Ramírez y Gabriel Levy de editar la presente edición facsimilar se incluye en una serie de publicaciones que responde a una política: “hacer lo que esté a nuestro alcance para difundir el psicoanálisis en la Cultura”[1]
Por mi parte, fue en diciembre de 2017 y en un clima de conflicto y pasaje, luego de algunos años de estar en carácter de participante, que me incluyo como miembro del actual Colegio. Para ese entonces participe de las jornadas anuales con un trabajo en torno a la lectura y la historia. Lo titulé Françoise Dolto, no estándar, y fue ocasión de hablar sobre aquellas razones por las cuales Dolto y Lacan fueron excluidos de la IPA; y de recorrer ciertos aspectos del psicoanálisis en el escenario mundial. En ese entonces afirmaba la importancia de la lectura y sus consecuencias en lo que atañe a la historia y la clínica.
Entonces el encuentro con el facsímil abrió otras lecturas. Cabe decir, que la elección de los párrafos para las Lecturas realizadas en el 2020 del Homenaje no ha sido al azar.
Del Prefacio me interesó un párrafo que está en la página 8 y continúa en la página 9. Refiere al cambio de posición de Masotta a partir de ciertas coordenadas de su historia, quien por medio de su autobiografía se separa de un tiempo anterior para pasar a otra cosa. “Roberto Arlt, yo mismo” corresponde a la presentación que el mismo hace de su propio libro (Masotta,2009) escrito ocho años antes, donde el autor dice que quería ser histórico y para eso tenía que darse una vocación. Sucedió a los 21 años, “sería escritor”.
Sobre Roberto Arlt, yo mismo, Piglia refiere que es una operación curiosa la que hace el autor: no lee a Masotta en Arlt, sino que lee a Arlt en Masotta. También dice que esa operación rompe con la crítica literaria clásica en la que tradicionalmente el sujeto que habla se borra. De lo que se desprende que Masotta hace una cosa distinta, que consiste en historizar el sujeto de la enunciación y poner de relieve condiciones que hicieron posible aquella lectura de Arlt hace ocho años (Piglia. 2000. pp120-121)
Esta operación es una operación crítica decisiva porque consiste en poner al crítico en el mismo campo de los textos que analiza, de las determinaciones del texto que él está leyendo, así como también, de las determinaciones que definen su propia lectura. Es decir, las condiciones a partir de las cuales podía leer a Arlt. Y las condiciones son los límites. Entonces, Piglia concluye que la primera maniobra crítica de Masotta es poner en juego qué era lo que estaba leyendo en ese momento y de qué modo lo leía.
No obstante, hay un segundo movimiento: Masotta presenta ese texto diciendo que es como una despedida: mira hacia atrás y ve al sujeto donde se concentran todas las representaciones y todos los disfraces. Es la familia, es la clase, es la sociedad la que se encarna ahí. Entonces, se dibuja una distancia entre el sujeto que habla ahora y aquel sujeto del pasado. Una distancia de transformación. Masotta se despide por un lado de la locura y, por otro lado, se despide de la literatura.
Escapar de la locura es escapar de la ficción y esto exige a la escritura que llegue a un punto que esté más allá de la ilusión, más allá de la ficción. tomando distancia de un lugar donde los sujetos hacen con el lenguaje algo que no debe ser hecho, que es creer en eso. De este modo, Masotta pone la narración en el centro de la crítica, de la autobiografía como retrato del crítico que no sabe. Establece así una tensión entre el texto y el sentido ligado a la creencia.
La emergencia de un real, la muerte de su padre en un contexto de debacle económica lo llevó a Masotta a la locura y posteriormente a un cambio de posición en lo que atañe a la política y al saber. Era el año 65 y Masotta decía: “De todo eso que yo estaba viviendo me salvó la lectura. Estaba leyendo a Freud y a Lacan”. “Otra lectura lo lleva a otra realidad; una suerte de bovarismo freudiano” (Piglia, 2000. p127)
La referencia que hace Piglia al bovarismo me remite a lo desarrollado en el N°2 de la revista ABC. Allí, María del Rosario Ramírez toma a Gaultier quien, por medio de los personajes de Flaubert ilustra la tara, facultad esencial, que pone en circulación el bovarismo: “un singular poder de metamorfosis” (Ramírez, 2018 p.47). Si bien se conciben así mismos como otros que no son, estos personajes están marcados por una impotencia que no cuestionan y que les impide igualarse al modelo que se proponen. Esa brecha, entre lo que los personajes pretenden y lo que pueden, en esa desproporción entre un ideal que venden los libros (propaganda, imagen, lecturas, medios de masa) y la situación que tienen de hecho, reside el índice bovárico. Comandados por un principio de sugestión, proceden como hipnotizados de lo que se desprende la repetición, la imitación, la parodia.
Los personajes creados por Flaubert no hablan de casos ni de clínica analítica, simplemente nos permiten situar su valor de síntoma. En la medida en que aparece un juicio crítico sobre el antiguo criterio de una verdad objetiva, la noción de bovarismo es definida como deformación, como invención; Gaultier agrega: “invención de lo Real”. Por lo tanto, nadie escapa al bovarismo, a ese poder bovárico bajo el cual cada uno está tomado. Se trata de la existencia de un real, y el bovarismo una invención como respuesta a ese real: metáfora.
En este sentido entiendo la referencia que hace Piglia al bovarismo freudiano, así como también lo dicho por Ramírez en torno a Masotta: “leía desde el lugar que le dio haberse separado de lo que sabía en un tiempo anterior. Es una forma de indicar contextos, de los que el propio lector no se salva ya que no hay ni lectura objetiva, ni metalenguaje.” (Ramírez, 2018, p,9)
Esto me llevó a aprender la importancia de los contextos y a leer de otra manera aquello que Masotta dice en la Presentación del 79, documento incluido en la versión facsimilar:


“no se trata de saber qué es un niño sino a qué se consideraba niño en la edad media (…) No sería fructífero preguntarnos – para nosotros - ¿qué es un psicoanalista para Freud y Breuer en tiempos de Freud y Breuer, para los clásicos en tiempo de los clásicos, qué en los años 50, o qué para nuestro tiempo, los tiempos de Lacan?” (Masotta, [1979] 2020, p.17)

Oscar Masotta se constituyó en una figura clave de la Argentina. Su historia, su acción, se multiplicaron, dice Ramírez, de manera inatrapable si lo quisiéramos decir en pocas palabras. El paso destacable de Masotta, por su deseo y por saber lo que quería, fue anclar el psicoanálisis lacaniano en el castellano de los argentinos, para luego exportarse a España.
Para concluir, la historia del psicoanálisis como tejido fundamental permite leer en esa trama diferentes planos y, en retrospectiva, dónde estamos.
Aprendí que la lectura crítica revela el contexto desde el cual se escriben esos sentidos como respuesta a un real que siempre se escabulle y que retroactivamente constituyen nuestra historia.
Esto me lleva a la última cita, que tomé del Postfacio, donde encontramos que el descubrimiento freudiano agujerea el discurso universal y que la enseñanza de Lacan consiste en una respuesta a ese agujero o traumatismo. De ahí que se puede hacer, tanto de Freud como de Lacan un uso rutinario reducido a una jerga o disancia[2]. En este sentido Gabriel Levy promueve la política del síntoma como un modo de despertar de aquellas verdades que adormecen, el pasaje de la tara a la invención.
Por último, la lectura crítica pone en cuestión lo escrito, desvela en qué venimos y posibilita el paso a otra cosa. Como dice Piglia: “los grandes textos son los que hacen cambiar el modo de leer” (Piglia. 2000, 19) Así funcionó para mí la lectura del facsímil.



Notas
[1]Ramírez. Extraído de (http://colegioestudiosanaliticos.com.ar/presentacion/)
[2]Para ampliar sobre el término ver Levy G, Ramírez M.d.R, Postfacio. Homenaje a Oscar Masotta Versión facsimilar. Pp.189-190. 2020. Buenos Aires. Ediciones RSI. Colección Histórica.


Bibliografía
Caputo, N (2019).: Masotta, La teoría en acto. Clases dictadas por Nora Caputo en el marco de “Estudios y Razones”, Colegio Estudios Analíticos. Buenos Aires (2019)
García G. y otros (2000): Oscar Masotta Lecturas Críticas. Buenos Aires. Editorial Atuel.
Masotta, O. (1982): Roberto Arlt, yo mismo. Sexo y traición en Roberto Arlt. Buenos Aires. Centro Editor de América Latina. Colección Capítulo 155 Serie complementaria: Sociedad y cultura 7 (1965)
Masotta, O. (2009): Sexo y traición en Roberto Arlt. Buenos Aires. Eterna
Cadencia (1965)
Piglia R. (2000): Critica y Ficción. Buenos Aires. Seix Barral (1984)
Levy G, Ramírez M.d.R. (2020). Homenaje a Oscar Masotta Versión facsimilar. Pp.189-190. 2020. Buenos Aires. Ediciones RSI. Colección Histórica
Ramírez M.d.R. (2018). El Bovarismo en los personajes de Flaubert, de Jules de Gautier. El Fin del Bovarismo. Revista ABC La cultura del Psicoanálisis n°2. Pag.45. Buenos Aires. Ediciones RSI.

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